lunes, 22 de noviembre de 2010

COMO PESCAR UNA TRUCHA COMO LOS OSOS...

Por 1970, contando yo 23 años, desde la radio cantaba el "Pampa" José Larralde "Veni, vamos paisano, vamos pal´ sur, que hay que domar un río, en El Chocón"... Quizás no fuera muy así, la canción, pero yo lo entendi de esa manera mas estando con dificutades económicas aquí en Buenos Aires y con las ansias de aventura propias de mi edad, mas el haber charlado con alguien que venia de allá que me había contado que "La plata se gana con pala", hizo que me decidiera... Lo conversamos con mi madre (Una enfermera con mucha experiencia) y poniendonos de acuerdo y sin mucho para perder sacamos los pasajes y nos largamos a probar suerte                                                                      (Y cuando la habían pasao,
una madrugada clara
le dijo Cruz que mirara
las últimas poblaciones,
y a Fierro dos lagrimones
le rodaron por la cara...)

(Del Martín Fierro).                                                               
Gracias a Dios, en muy pocos días, los dos nos hallábamos trabajando en un ambiente muy distinto al nuestro, pero al que nos adaptamos perfectamente. Ella pudo ubicarse en el nuevo hospital, que faltando personal preparado en la zona, la recibió con los brazos abiertos. comenzando a trabajar mas que rapido ya que aun este lugar estaba en partes sin terminar. Y yo a pesar de mi falta de experiencia, conseguí que me tomaran para manejar uno de los camiones - tolva Ford 700, que transportaban la mezcla de hormigon, en las distintas áreas de la obra... Muy contentos por habernos ubicados, el único tema serio, era la vivienda. Ya que no había posibilidades de alquilar, puesto que toda la zona pertenecía a la obra y todas las viviendas también... La cosa se soluciono después, porque en un enroque, pasando yo a enfermería (había estudiado en la Cruz roja dos años), me tomaron como enfermero para un puesto de emergencia en la otra orilla del Limay que por ser full time o sea de tiempo completo, traia aparejado la vivienda... Pero luego con el tiempo, termine en "Seguridad", lo que me llevo a hacer una vigilancia extra los domingos, cuidando que los visitantes que llegaban a la obra, no cruzaran el puente entre las dos orillas, por ser peligroso el que circularan por caminos en altura y por haber explosivos a la vera de estos...                                                                              Me hallaba en mi tarea especifica, uno de estos feriados, cuando de la orilla opuesta y cruzando el puente, venían dos compañeros de trabajo, con unas maravillosas truchas recién pescadas, vimos que estas aun venían "coleteando" contra sus piernas en un centellar reluciente del pez recien sacado... Nos saludamos y nos contaron a mi cuñado y a mi (este había venido hacia un tiempo), que las sacaban a "cachetadas" del rio, lo que me pareció risueño, pero que me lo confirmo, que estas luego que salían "atontadas" de los túneles (por la presión, quizás), regresaban río arriba y quedaban nadando contra la corriente, en un recodo que estaba al costado de esas vías de agua, dando la posibilidad de extraerlas con cierta facilidad... Esperamos has que terminara mi turno a las siete de la tarde (Totalmente de día, ya que en enero y en esa zona, oscurece después de las nueve y pico), y con mi cuñadito (16 por entonces), nos fuimos caminando por la orilla, hasta llegar a la zona de los túneles y efectivamente pudimos comprobar que no nos habían mentido, allí estaban unos de los codiciados peces a los cuales vienen a pescar de muchas partes del mundo, nadando mansamente contra la corriente... El murallón estaría unos cincuenta o sesenta centímetros del nivel del agua. Así que nos arrodillamos y pacientemente esperamos el momento de pegar el manotazo, pero no tuvimos suerte ni en el primero ni en el segundo, pero que en el tercero, pude levantar por el aire a una y lanzarla hacia afuera... No hubo tiempo de disfrutar mucho, porque ni la mitad de la tarea estaba cumplida... El viscoso animal, ni lento ni perezoso, ya en la orilla empezó a aletear rápidamente intentando volver al agua y nosotros dos intentando atraparlo. obviamente que se nos escapo, pero luego de muchos intentos y de mojarnos con agua helada, ya caída la noche, nos habíamos alzado con aproximadamente unos siete u ocho peces, los cuales llevábamos a casa con gran alegría. Mi mujer embarazada a días de nacer mi primer hijo y mi madre, ya venían a buscarnos, asustadas por nuestra tardanza, pero se tranquilizaron al vernos enteros y contentos. Ya en la casa, mi madre preparo los pescados "mechandolos" con el mismo menjunje del estofado y los envolvió en papel previamente enmantecado para ponerlos en el horno. Luego, los cuatro nos fuimos a jugar a las cartas mientras esperábamos que se hicieran... Rato después desde la cocina, empezó a venir a nosotros un aroma inolvidable, como inolvidable fue para mi esa cena de truchas deliciosas de las que no dejamos ni el papel, por lo exquisitas... Y esta es la historia de como se pescan truchas como los osos. Ojala les guste... mario.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario